miércoles, 12 de octubre de 2011

Mapurbe: venganza a raíz (2009)


Hace tiempo que la literatura mapuche se ha ido ganando un importante espacio cultural en nuestro país, además de autodefinirse como una propuesta sólida y políticamente activa. Sus innumerables autores, diversos en género, edad y estilo, han ido construyendo una obra rica en matices que conservan el espíritu de su pueblo, como una gran arpillera donde cada uno es representado por sus propios colores. Existen muchas antologías ha nivel nacional e internacional donde se han incluído poetas mapuche, y algunos han recibido importantes premios, participando además en congresos, bienales y festivales de gran envergadura. Destaca ese trabajo comunitario, ese sello tan característico de la cultura indígena, que ha permitido consolidar en muy poco tiempo una forma diferente de entender la literatura, donde grandes autores han definido la esencia de una comunidad a través del lenguaje, como una alternativa contemporánea a la oralidad que los acompañó desde siempre. En este gran espacio multicultural convive la obra de David Aniñir, un (anti)poeta santiaguino de padres mapuche, un obrero oriundo de la comuna de Cerro Navia que ha defendido valientemente tanto su identidad primigenia como su proveniencia poblacional, creando un arte traspasado por esa marginalidad que mezcla a los explotados de distinta manera, pero siempre por el mismo explotador.

Su obra se caracteriza por la permanente provocación, heredera directa de la poesía posterior a Nicanor Parra, alimentada por las experiencias del suburbio capitalino. En sus textos prevalece la tensión entre lo urbano y lo rural, una especie de nostalgia del pasado autóctono que lucha contra su poderosa conciencia de realidad inmediata, donde los sueños se van perdiendo en los arrabales de la periferia como niños hambrientos, ávidos de futuro y comprensión. Este testimonio de orfandad, de doble extranjeridad considerando la constante discriminación tanto por el indígena como por el habitante de las clases más bajas, crea un discurso fuerte, resistente ante el desprecio y la represión, que permite la resurrección de un "Ciberlautaro" que ve humillado como sus nietos van tomando la micro, sirviendo al patrón aunque sin olvidarse de sus raíces, "en este santiagóniko wekufe maloliente".

Mapurbe es justamente la síntesis de todo lo anterior. Fue publicado el año 2005 de manera independiente, pero Pehuén decidió re-editarlo corregido, con poemas nuevos y otros que pasaron a ser parte de Haikuche, su segunda obra que vio la luz el 2008. En el libro, Aniñir juega a mezclar la cultura "winka" con la visión originaria del mapuche, tratando de superar los prejuicios, las distancias y las rivalidades con peligrosos resultados. Este mundo híbrido, expresado en la ambigüedad y la violencia del lenguaje, rescata la identidad del Chile más primitivo y lo mezcla con las manifestaciones de la pobla, creando un caos reinante que se ve influenciado por el punk, el heavy metal, las barras bravas, los improperios y la suciedad, recursos que se ven retratados casi sin mediaciones, problematizando el discurso poético con imágenes de alto calibre, sinceras hasta sus máximas consecuencias. De esta manera, se articula una anti-poesía que le da énfasis al ingenio, a las calles y a la experiencia diaria, mezclando el coloquialismo con el mapudungún, la rabia con la impotencia por la pérdida de la tierra, y la resistencia con la ironía de verse conviviendo con el enemigo.

Existe en Aniñir una nostalgia por el pasado ancestral de su pueblo, pero lo que más late en sus poemas es el grito de reivindicación que hoy comparte con todos sus compañeros. La guerra contra la mentira y la explotación, el repudio a la asura del capitalismo y su hipocresía que incluye al mapuche como esclavo de la oferta y la demanda, sin darle espacio a sus legítimas protestas. La invocación a la lucha de clases no es gratuita, y el conflicto político tiñe de sangre una postura que se niega a la indolencia, prevaleciendo en Mapurbe la ansiedad de libertad y autonomía que hoy define al pueblo mapuche. Así presenciamos el espectáculo de nuestra propia crisis, y así nos retrata Aniñir el colapso de los valores impuestos por una sociedad individualista y mezquina, que se niega a darle un espacio a los verdaderos dueños de esta tierra lacerada.

Debido a que el precio del original es totalmente accesible, y comprarlo ayuda a la difusión y lectura de un autor vigente, en este caso dejaré un artículo que circula en internet sobre la poesía joven mapuche y su relación con su contexto socio-político, con bibliografía muy completa y una visión que también abarca sus raíces ancestrales. Lo pueden leer en el siguiente link.