La poesía suele (o solía) pasearse por lugares inhóspitos para lograr la trascendencia. Se habla de espiritualidad, de sublimidad y de una tradición poética que los tiempos modernos han tratado de derribar. Se atribuye el carácter de "poeta" a un puñado de fantasistas, sensibleros, alucinados e ingeniosos hombres capaces de usar el lenguaje para crear ilusiones. Pero, ¿qué es la poesía entonces? ¿un trance místico o un oficio como cualquiera? José Ángel Cuevas es de los que ejercen la segunda opción, y pertenece al grupo de escépticos que vieron como nuestra Revolución se caía a pedazos. Es de esos vagabundos de ciudad que tienen el espíritu forjado a base de rabia y rebeldía, pero esa rebeldía que se va apagando con los años y las contínuas decepciones que hemos sufrido los chilenos desde el Golpe de Estado de 1973.
La poética de Cuevas responde a los caprichos del urbanismo. En especial, escribe sobre la capital donde habitan juntos el amor y el odio. Escribe sobre esa ciudad donde nunca se abrieron las grandes alamedas. Escribe, sin más, sobre Santiago de Chile, ese Santiago que no se ha recuperado aún de las cicatrices que le dejó la dictadura. Porque el autor fue partícipe no solo de los movimientos revolucionarios de los 70', sino también de las manifestaciones en contra del régimen militar, del cual nunca pudo escaparse. De esta manera, José Ángel Cuevas representa a todos los que se quedaron a ver el gran espectáculo de la decadencia chilena, a los que resistieron a puño y letra los embistes de la injusticia, y su poesía por lo mismo resulta ser altamente testimonial. Así se nos habla desde un exilio interior, desde esa curiosa impresión de sentirse extranjero en tu propia patria, retratando quizá uno de los Santiagos más opacos de la Historia, sin desmerecer otras atroces experiencias.
Adiós muchedumbres es un libro del cual el propio autor prefiere no hablar, ya que corresponde a un compendio de sus obras más tempranas, abarcando sus 5 primeras publicaciones: Efectos personales y dominios públicos (1979), Introducción a Santiago (1982), Contravidas (1983), Canciones rock para chilenos (1987) y Cantos amorosos y patrióticos (1988). Hoy Cuevas señala que esos poemas "no van a ninguna parte", y hasta ha declarado que se siente arrepentido de haberlos publicado. Pero esta extraña modestia no tiene nada que ver con la calidad y la agudeza con que el poeta logró retratar el difícil período socio-político que le tocó vivir. Sus poemas hablan de frustración, de impotencia, de pérdida, de marginalidad y de la gran cultura popular que siempre ha tenido nuestro país. Porque el poeta es de raíz "guachaca", de pura cepa al estilo De Rokha, y hasta el día de hoy reside humildemente en Puente Alto, comuna periférica de la capital donde nació y creció (y en la cual también habito yo).
José Ángel Cuevas hace gala de su estilo chilenísimo y su interesante percepción de la realidad, usando un lenguaje coloquial, muy sencillo y directo, con olor a chicha y empanada. Nos ha dejado uno de los testimonios patrióticos más importantes que se han dado en la poesía de nuestro país, ofreciéndonos una gris postal de lo que fue el Santiago de los 70' y 80's, negándose a cerrar esa herida de una época tristemente recordada, y a la vez muy dispuesta a olvidar. Adiós muchedumbres es una excelente selección de todo lo ya mencionado, y resultará cercano para todo chileno (e incluso extranjero) que haya vivido aquellos períodos terribles, y será iluminador también para otros como yo, que nacieron en un momento histórico posterior, donde aún se pueden apreciar las consecuencias heredadas del pasado.
Editorial Cuneta ha re-editado este libro con una estética muy llamativa y un muy buen trabajo de edición. Además, el precio es muy accesible y el formato bastante cómodo para leer y transportar. Dicha re-edición es del año 2010 y cuesta alrededor de 6000 pesos chilenos (12 dólares aprox). No he encontrado una versión íntegra del libro en internet, pero hay mucho material disperso e información relativa a su obra en el siguiente link. También pueden encontrar algo sobre el libro en sí y otros títulos interesantes en esta página o el siguiente blog. Espero que lo disfruten.
La poética de Cuevas responde a los caprichos del urbanismo. En especial, escribe sobre la capital donde habitan juntos el amor y el odio. Escribe sobre esa ciudad donde nunca se abrieron las grandes alamedas. Escribe, sin más, sobre Santiago de Chile, ese Santiago que no se ha recuperado aún de las cicatrices que le dejó la dictadura. Porque el autor fue partícipe no solo de los movimientos revolucionarios de los 70', sino también de las manifestaciones en contra del régimen militar, del cual nunca pudo escaparse. De esta manera, José Ángel Cuevas representa a todos los que se quedaron a ver el gran espectáculo de la decadencia chilena, a los que resistieron a puño y letra los embistes de la injusticia, y su poesía por lo mismo resulta ser altamente testimonial. Así se nos habla desde un exilio interior, desde esa curiosa impresión de sentirse extranjero en tu propia patria, retratando quizá uno de los Santiagos más opacos de la Historia, sin desmerecer otras atroces experiencias.
Adiós muchedumbres es un libro del cual el propio autor prefiere no hablar, ya que corresponde a un compendio de sus obras más tempranas, abarcando sus 5 primeras publicaciones: Efectos personales y dominios públicos (1979), Introducción a Santiago (1982), Contravidas (1983), Canciones rock para chilenos (1987) y Cantos amorosos y patrióticos (1988). Hoy Cuevas señala que esos poemas "no van a ninguna parte", y hasta ha declarado que se siente arrepentido de haberlos publicado. Pero esta extraña modestia no tiene nada que ver con la calidad y la agudeza con que el poeta logró retratar el difícil período socio-político que le tocó vivir. Sus poemas hablan de frustración, de impotencia, de pérdida, de marginalidad y de la gran cultura popular que siempre ha tenido nuestro país. Porque el poeta es de raíz "guachaca", de pura cepa al estilo De Rokha, y hasta el día de hoy reside humildemente en Puente Alto, comuna periférica de la capital donde nació y creció (y en la cual también habito yo).
José Ángel Cuevas hace gala de su estilo chilenísimo y su interesante percepción de la realidad, usando un lenguaje coloquial, muy sencillo y directo, con olor a chicha y empanada. Nos ha dejado uno de los testimonios patrióticos más importantes que se han dado en la poesía de nuestro país, ofreciéndonos una gris postal de lo que fue el Santiago de los 70' y 80's, negándose a cerrar esa herida de una época tristemente recordada, y a la vez muy dispuesta a olvidar. Adiós muchedumbres es una excelente selección de todo lo ya mencionado, y resultará cercano para todo chileno (e incluso extranjero) que haya vivido aquellos períodos terribles, y será iluminador también para otros como yo, que nacieron en un momento histórico posterior, donde aún se pueden apreciar las consecuencias heredadas del pasado.
Editorial Cuneta ha re-editado este libro con una estética muy llamativa y un muy buen trabajo de edición. Además, el precio es muy accesible y el formato bastante cómodo para leer y transportar. Dicha re-edición es del año 2010 y cuesta alrededor de 6000 pesos chilenos (12 dólares aprox). No he encontrado una versión íntegra del libro en internet, pero hay mucho material disperso e información relativa a su obra en el siguiente link. También pueden encontrar algo sobre el libro en sí y otros títulos interesantes en esta página o el siguiente blog. Espero que lo disfruten.
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