miércoles, 13 de julio de 2011

En Cuba (1972)


En estos momentos, Ernesto Cardenal es uno de los poetas vivos más importantes de Latinoamérica, en contraste a la ingrata realidad que lo aqueja a nivel político y cultural. En el primer punto, hago referencia a la polémica que sostiene en Nicaragüa, su país natal, donde, a pesar de ser gobernado por Daniel Ortega, el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (al cual el poeta apoyó a lo largo de toda su vida), Cardenal es perseguido por su postura contraria a lo que llama "dictadura" y "robo-lución" (ver enlace). En sus propias palabras, se niega a colaborar con un régimen estalinista, corrupto y ladrón, en el cual participó desde 1979 hasta 1989 como Ministro de Cultura, para luego dejarlo al percatarse de la progresiva decadencia a la cual se veía sujeto su partido. En 1994, cansado de los abusos y las veladas injusticias, se sumó a los disidentes del Movimiento de Renovación Sandinista, grupo de centroizquierda que busca la redención, la dignidad y el encauzamiento del viejo sandinismo revolucionario. En esa postura se mantiene hasta hoy, no exento de problemas judiciales y vergonzosas persecuciones por parte del actual Estado nicaragüense (ver enlace).

Si tuviera que destacar la importancia de un libro como En Cuba, testimonio fundamental de un poeta crítico y agudo como Cardenal, partiría señalando que la poesía es el mejor filtro para decantar el espíritu humano, sobre todo en el épico trabajo revolucionario llevado a cabo en Cuba entre la década de los 60' y los 70'. Toda estadística, análisis político y reportaje periodístico que haya intentado abordar el esfuerzo y la lucha del pueblo cubano durante los primeros años de la Revolución, está destinado al fracaso o la miopía. Pero Cardenal sale victorioso, y comparte su triunfo con todos nosotros, luego de permanecer casi un año estudiando el panorama socio-cultural de la isla, a la cual describe con fidelidad absoluta, de diversas perspectivas y evitando dejarse llevar por la emoción, labor complicada en un país donde el amor gobierna mucho más que Fidel.

Cardenal declara, dentro de su propio libro, que su visita a Cuba fue tan iluminadora como los motivos que lo llevaron a ser sacerdote. Y no creo que exagere, ya que la política y la religión parecen ser los dos máximos motores de su existencia. Además, su arduo estudio humano y espiritual, su afinidad con las ideas revolucionarias, su mirada imparcial ante la injusticia y su insaciable ansiedad de libertad nos parecerán también a nosotros "iluminadoras" y esenciales, de un valor realmente inestimable para lograr un buen juicio sobre la política cubana.

El libro está conformado por diferentes tipos de datos. A veces imita ciertos aspectos periodísticos o la literatura en forma de diario, agregando además canciones populares, poemas de autores cubanos, panfletos de la época, fotos y descripciones de letreros propagandísticos, discursos de Fidel, testimonios de importantes personajes de la Revolución, entre otros. De esta manera, el panorama nos resulta completo, abierto y curiosamente arbitrario, dejándonos solos frente a la enorme responsabilidad de enjuiciar el proceso revolucionario cubano. Sería tonto negar que el autor recae también en la opinión personal y en la diáfana exposición de su ideología, pero esto, en sus páginas, resulta más consecuente que caprichoso, y no estorba la interpretación de un lector que debe ser inteligente y precavido, y que debe entrar en el libro como si fuera Fidel en la Sierra Maestra.

Tomando en cuenta lo anterior, declaro indispensable la lectura de este libro no solo por los partidarios de la Revolución, sino también (y en mayor prioridad) por los que se mantienen excépticos frente a un movimiento que, digan lo que digan, se ha desgastado por la presión económica del sistema enemigo, la tergiversación de sus triunfos por la irresponsable prensa mundial y los propios errores cometidos por un gobierno cauteloso pero oxidado, que peligra cada día que pasa a pesar de su invaluable coraje que lo llevó a luchar contra la opresión, el lucro y la usura. Por lo mismo, no nos queda más que seguir apoyando las causas nobles y revisar estas páginas con nostalgia, donde se retratan los mejores años de una Revolución que aún levanta masas y emociones, negándose a caer frente a la discutible ambición de sus opositores.

El libro, en verdad, es difícil de encontrar. La edición que yo poseo (la misma de la foto) es argentina, publicada en 1972, y la conseguí barata en una tienda de libros usados. No logré encontrarla en formato .pdf, pero sí encontré un testimonio más actual del poeta sobre Cuba, adjunto en el siguiente link. Además, procedo a adjuntar otros documentos que considero fundamentales para lograr un juicio responsable sobre Cuba y su gobierto:

Visita reciente de Cardenal a La Habana: aquí.
Diversos documentales y películas, de gran calidad e incalculable aporte, todas gratis para descargar: aquí.
Película sobre el "Che" Guevara, dirigida por Steven Soderbergh, con reseña incluida: aquí.

Sinceramente, espero que el material les sea de utilidad.

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