Se nos ha dicho hasta el cansancio que: "un pueblo que olvida su pasado, está condenado a repetirlo". A pesar de venirse reiterando históricamente en la voz de distintas personalidades, esta frase siempre acaba sonando contingente. José Martí -el cual estuvo de aniversario hace solo un par de días- la hizo popular en Cuba alguna vez, y otros políticos e historiadores la han trasladado a sus propios contextos socio-culturales cada vez que el presente la ha hecho merecedora de nueva atención. Quizá algo así se planteó Pepe Cuevas al publicar este libro, sin saber que un año después, a finales del 2009 y luego a principios del siguiente, el pueblo chileno volvería a darle la victoria a los partidos golpistas, los mismos que un par de décadas antes respaldaron la dictadura militar y se enriquecieron a costa de un país en tinieblas.
Es posible leer esta obra como los apuntes de un viejo nostálgico, recordando las antiguas filas comunistas, revolucionarias y libertarias que celebraron su mayor conquista el 4 de septiembre de 1970, cuando un inspirado Salvador Allende, desde el ex balcón de la FECH, le decía a la multitud que se fuera a sus casas "con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada" (ver enlace), entre otras emotivas palabras que ya son parte de los archivos de nuestra historia más reciente. Pero esa lectura, a pesar de no ser errada, sería bastante insuficiente para esta publicación. Porque lo que se propone Cuevas no es solo recordar y armar una especie de "diaro mural" para el pueblo, sino también cuestionar la actual política nacional, aportando datos concretos que muchos han olvidado o han querido olvidar, aprovechando de informar a los más jovenes que, como herencia de la más necia dictadura, hoy crecen despolitizados y muchos sin acceso a los pormenores de los hechos acontecidos hace solo un par de décadas.
"Nunca más se supo de Salvador Allende ni su verdad. Ni la epopeya de un pueblo. Aquí presento esta secuencia de hechos, fotografías, relatos, fragmentos, titulares de prensa popular que en el año 2006 fotografié en diversas bibliotecas. Remedos de una gran felicidad para mi generación. Y los pasos de una tragedia". Así lo anota el autor en la introducción al libro, y lo mismo se publicó en la parte trasera como forma de orientar al lector. Porque en este pequeño fragmento está la descripción esencial de Álbum del ex Chile: un conjunto de material histórico que abarca desde el triunfo de Allende hasta el Golpe del 11 de septiembre de 1973, tras lo cual Cuevas hace una pausa y finiquita con su propia conclusión, declarando que "así se construyó el Chile que vivimos hoy". Entremedio hay imágenes de diarios, revistas y pasquínes, además de folletos y símbolos de la época, acotados con poemas, recuerdos, opiniones y pensamientos del mismo Cuevas, quien va dirigiendo la sucesión de memorias con un enfoque unilateral pero excesivamente sincero, ganador en franqueza y fidelidad a sus propias ideas.
¿Quién recuerda que Patricio Aylwin, el demócrata que sucedería al dictador, fue el mismo que le negó toda ayuda a Allende y acabó estando a favor del golpismo? ¿Quién recuerda el asesinato del general Schneider, del edecán naval Arturo Araya, entre otros crímenes políticos cometidos por la derecha y sus frentes terroristas? ¿Quién recuerda el programa político de la UP, sus grandes logros truncados por la ambición de unos pocos comandados por los Estados Unidos, El Mercurio y sus corresponsales en el país? Posiblemente esto y mucho más está grabado a sangre y fuego en la memoria de varios compatriotas, pero para otros es una verdad insoslayable que se debe saber, para poder juzgar el pasado y el presente como corresponde, sin sesgos de ningún tipo ni color. Y eso es lo que consigue precisamente Cuevas en Álbum del ex Chile, ofreciendo su postura de izquierdas pero sin faltarle jamás el respeto a la verdad: plantear lo ocurrido como vísperas del futuro, para que nunca más sucedan hechos semejantes, y la juventud esté alerta a la hora de volver a reconstruir y defender lo que nos queda de patria.
*No hay versiones on-line del libro, pero hay otras reseñas que pueden aportar nuevas perspectivas de lectura, como la de Alejandro Lavquén (ver enlace) y Luis Valenzuela Prado (ver enlace).
Es posible leer esta obra como los apuntes de un viejo nostálgico, recordando las antiguas filas comunistas, revolucionarias y libertarias que celebraron su mayor conquista el 4 de septiembre de 1970, cuando un inspirado Salvador Allende, desde el ex balcón de la FECH, le decía a la multitud que se fuera a sus casas "con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada" (ver enlace), entre otras emotivas palabras que ya son parte de los archivos de nuestra historia más reciente. Pero esa lectura, a pesar de no ser errada, sería bastante insuficiente para esta publicación. Porque lo que se propone Cuevas no es solo recordar y armar una especie de "diaro mural" para el pueblo, sino también cuestionar la actual política nacional, aportando datos concretos que muchos han olvidado o han querido olvidar, aprovechando de informar a los más jovenes que, como herencia de la más necia dictadura, hoy crecen despolitizados y muchos sin acceso a los pormenores de los hechos acontecidos hace solo un par de décadas.
"Nunca más se supo de Salvador Allende ni su verdad. Ni la epopeya de un pueblo. Aquí presento esta secuencia de hechos, fotografías, relatos, fragmentos, titulares de prensa popular que en el año 2006 fotografié en diversas bibliotecas. Remedos de una gran felicidad para mi generación. Y los pasos de una tragedia". Así lo anota el autor en la introducción al libro, y lo mismo se publicó en la parte trasera como forma de orientar al lector. Porque en este pequeño fragmento está la descripción esencial de Álbum del ex Chile: un conjunto de material histórico que abarca desde el triunfo de Allende hasta el Golpe del 11 de septiembre de 1973, tras lo cual Cuevas hace una pausa y finiquita con su propia conclusión, declarando que "así se construyó el Chile que vivimos hoy". Entremedio hay imágenes de diarios, revistas y pasquínes, además de folletos y símbolos de la época, acotados con poemas, recuerdos, opiniones y pensamientos del mismo Cuevas, quien va dirigiendo la sucesión de memorias con un enfoque unilateral pero excesivamente sincero, ganador en franqueza y fidelidad a sus propias ideas.
¿Quién recuerda que Patricio Aylwin, el demócrata que sucedería al dictador, fue el mismo que le negó toda ayuda a Allende y acabó estando a favor del golpismo? ¿Quién recuerda el asesinato del general Schneider, del edecán naval Arturo Araya, entre otros crímenes políticos cometidos por la derecha y sus frentes terroristas? ¿Quién recuerda el programa político de la UP, sus grandes logros truncados por la ambición de unos pocos comandados por los Estados Unidos, El Mercurio y sus corresponsales en el país? Posiblemente esto y mucho más está grabado a sangre y fuego en la memoria de varios compatriotas, pero para otros es una verdad insoslayable que se debe saber, para poder juzgar el pasado y el presente como corresponde, sin sesgos de ningún tipo ni color. Y eso es lo que consigue precisamente Cuevas en Álbum del ex Chile, ofreciendo su postura de izquierdas pero sin faltarle jamás el respeto a la verdad: plantear lo ocurrido como vísperas del futuro, para que nunca más sucedan hechos semejantes, y la juventud esté alerta a la hora de volver a reconstruir y defender lo que nos queda de patria.
*No hay versiones on-line del libro, pero hay otras reseñas que pueden aportar nuevas perspectivas de lectura, como la de Alejandro Lavquén (ver enlace) y Luis Valenzuela Prado (ver enlace).
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