viernes, 30 de diciembre de 2011

De perlas y cicatrices (1998)


Posiblemente De perlas y cicatrices funcione muy bien como la continuación de Loco afán, libro que ya me había encargado de reseñar anteriormente. Pero en ese sentido, el presente conjunto de crónicas vendrían a ser las hermanastras militantes de las antes reunidas, ya que su tópico central es la denuncia política, que resultó ser un verdadero balde de agua fría derramado en la cara de esa hipócrita democracia que se implantó en Chile desde 1990. Porque Lemebel es de esos autores que se niegan a callar el más mínimo detalle, muchas veces refrescando la memoria de un país como el nuestro, tan bueno para olvidar sus derrotas, encandilado por el falso y accidentado brillo de nuestro progreso económico.

Pero además, fuera de las críticas socio-políticas tan asiduas en el autor, hay que detenerse en el subtítulo de esta edición, ya que son auto-denominadas "crónicas radiales" por la ocupación pública que tuvieron antes de ser presentadas en formato libro. Primeramente, fueron parte del programa radial "Cancionero" de Radio Tierra, donde Lemebel hacía gala de su fuerte afición a la cultura popular, mezclando sus narraciones con la música, tanto en sus referencias como en el ritmo de su lectura, fusionando muy bien ambos registros en el notable imaginario de su prosa. Así fueron naciendo estos relatos divididos en ocho capítulos, todos bajo un concepto especial y encabezados por un fragmento de poema o tonada reconocida. Así dispuso las cartas el escritor, y así funcionan perfectamente.

Por lo demás, en De perlas y cicatrices volvemos a las obsesiones más frecuentes de Lemebel: la marginalidad, el resentimiento, el desprecio a la represión y a la exclusión del diferente, reflejada tanto en experiencias personales como en otros personajes que van configurando una microhistoria, una simbólica revisión a los sótanos más olvidados de nuestro país, donde se escribió la verdadera crónica de la dictadura, auspiciada por picanas y maquillajes baratos. Pero el autor no solo denuncia, sino también retrata, dando pinzeladas oscilantes que van articulando unos relatos que, a pesar de refugiarse irremediablemente en el pasado, nos van pareciendo tan actuales y cercanos, tan vividos y lamentables, que logran acalorarnos, contagiarnos de la misma pasión con que fueron escritos, volviéndonos cómplices de un escritor que comparte activamente con nosotros, acompañándonos en la dolorosa tarea de recordar sin perdonar.

Sin más preámbulos, les dejo el libro en el siguiente link, además de un excelente archivo con algunos artículos y documentos sobre su publicación, todos bastante interesantes, reunidos aquí. Enlace

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (2003)


Dicen que la realidad supera los límites de la ficción, esos márgenes delgados que le imponemos a la cotidianidad para que no nos sorprenda con malas pasadas, con exabruptos que entorpezcan la tranquilidad de nuestros días. Pero esa idea burguesa de felicidad, tan políticamente correcta y acomodada a nuestras propias expectativas, choca de frente con la realidad que se ve en las poblaciones, favelas, ghettos y villas miserias alrededor de toda Latinoamérica, ese sinvivir que denuncia Cristian Alarcón en Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, una crónica tan periodística como literaria que incursiona precipitadamente en la vida de los pibes chorros argentinos, instaurando un antes y un después de Víctor Manuel “El Frente” Vital.

Se nos narra desde un comienzo la crudeza de los acontecimientos. Se nos cuenta de inmediato que nos internaremos en zonas prohibidas, en barrios marginales donde todos son extranjeros, y ni siquiera los propios habitantes pueden vivir en paz. Se nos comienza a explicar el asunto desde la muerte del Frente Vital, y de esta manera se traza desde el principio una línea divisoria en la historia de la San Francisco, la 25 y La Esperanza, villas donde se venera la imagen del joven acribillado como si fuera capaz de convertir la sangre en vino y multiplicar las balas como el pan de los creyentes.

Porque si hay algo que sabemos con certeza, es que Víctor “El Frente” Vital fue asesinado por un policía bonaerense con cuatro tiros a quemarropa, dispuestos entre la cara y los hombros, muriendo casi en el acto. Después de eso, el joven fue canonizado en los pasillos de su villa y hasta hoy es un mito protector entre sus habitantes, siendo objeto de homenajes, mandas y oraciones, estableciendo a su vez una bisagra entre un pasado distinguido por intachables códigos criminales y una verdadera ética marginal, dando paso a un posterior caos donde prevalece la traición, la hostilidad y la ausencia de escrúpulos a la hora de sobrevivir entre asaltos, emboscadas, drogas de poca monta y frecuentes tiroteos.

El lenguaje que ocupa Alarcón para definir el difícil contexto de las villas argentinas es más bien periodístico, a menudo neutral con tendencias a abandonar su papel de cronista, aunque en los hechos su inmiscusión fue total. Al avanzar en las páginas se nos va desgranando el entorno completo al incursionar en todos los partícipes de la vida del Frente, retratando la posteridad de su muerte y el destino de todos sus cercanos, incluyendo parientes, novias, protectores, amigos y enemigos, dándonos un panorama acabado de lo que fue la villa antes y después de su defunción, realizando un exhaustivo recorrido por todos los rincones, sin dejar absolutamente nada sin revisar. Esto nos permite sacar nuestras propias conclusiones de la vida delictiva, incluso sabiendo lo más crudos detalles, llegando a sentir cierta empatía con los personajes, basada quizás en la impotencia, en la fatalidad o en la comodidad de vivir tan alejados de su vertiginosa existencia.

De esta forma, Alarcón nos plantea las coordenadas para comprender la marginalidad argentina, en un espacio que fluctúa entre la denuncia, el reportaje y los derechos que toda persona tiene a la imparcialidad, a la revisión de sus culpas vistas desde todos los ángulos posibles. Es lo que podríamos llamar el “beneficio de la duda”, en términos judiciales, pero ejercida desde el campo literario con una precisión muy apropiada para el caso, sin caer ni el sentimentalismo barato ni en los más repudiables prejuicios, desnudando la calle hasta sufrir en carne propia cada una de sus heridas.

El libro tiene un precio bastante asequible (casi 7.000 pesos chilenos, 13 o 14 dólares aprox), pero pueden descargarlo desde el siguiente link. O también, si les resulta más cómodo, leerlo directamente desde aquí.

martes, 22 de noviembre de 2011

Patas de perro (1965)


Desde el siglo recién pasado, se ha intentado definir a Chile como el "país de los poetas", un rincón del mapa donde se pueden esconder con comodidad todo tipo de letrados, aunque ni la mitad de las personas que aquí habitan reconozcan con claridad el patrimonio cultural que vino después de Neruda, Huidobro y la Mistral, a veces rellenado con merecimiento -pero con injusta soledad- usando la sacralizada figura de Nicanor Parra. Es verdad que contamos con 2 premios Nobel, otorgados a dos grandes vates de nuestra promoción, pero: ¿qué pasa con los grandes escritores que, sin recibir premios de carácter nacional, son parte de nuestra actividad literaria más prestigiosa y reciente? ¿Qué pasa con Enrique Lihn, Jorge Teillier o Roberto Bolaño, que ni siquiera fueron condecorados con el Premio Nacional de Literatura, un galardón que hoy nos parece mínimo tomando en cuenta su fundamental labor creativa? Es verdad que los premios no son el mejor medio para reconocer a los grandes talentos, ya que muchos genios quedan marginados de la oficialidad (como ocurre con el poeta José Ángel Cuevas). Pero tampoco resultan adecuados algunos alcances miopes como "país de poetas", cuando la prosa en nuestro territorio ha sido tan importante como la poesía. Por lo mismo, allí donde dice "país de poetas", usted debería tachar y colocar: "país de escritores".

Entre los grandes prosistas chilenos, destancado entre otras figuras como Marta Brunet, Francisco Coloane, José Donoso o Pedro Lemebel, está el novelista y cuentista Carlos Droguett, quien sí ganó merecidamente el Premio Nacional en 1970, siendo uno de los últimos antes que el galardón cayera en el desprestigio y en un alarmante vacío de autoridad a manos del Régimen Militar, precedido por el dictador Augusto Pinochet. Estos datos históricos, culturales y socio-políticos, incluyendo los referidos en el párrafo anterior, no son meros caprichos e inquietudes polémicas, sino más bien un derrotero confiable para entender el perfil de un escritor como Droguett, siempre crítico y asiduo a las causas sociales, como lo demostró desde su primer libro, Los asesinos del Seguro Obrero (1940), hasta su novela póstuma Matar a los viejos (2001), ideada a mediados de los 70', basada en la profunda rabia del autor frente a los hechos del 11 de septiembre de 1973, llegando a incluir en su dedicatoria al fallecido presidente Salvador Allende.

Pero fuera de exaltar la imagen del escritor, lo que nos compete es hablar de su libro Patas de perro (1965), quizá su mayor demostración de técnica y habilidades narrativas. Porque la construcción del discurso y el apabullante uso del lenguaje en la novela, nos muestra a un Droguett conciente de su trabajo estilístico, bebiendo de las cenagosas aguas de autores como Manuel Rojas y Pablo de Rokha, ambos amigos e influencias directas del autor, quienes configuraron una poética compleja basada en el flujo de las pasiones, el espíritu crítico, el desamparo y la marginalidad de los más desfavorecidos, además de una iracunda concepción del dolor, que da origen a una lírica expansiva que muchas veces arremete al lector como interpelándolo, como cuestionándolo sobre su posible indolencia o su inaceptable pasividad. Esto se ve en Patas de perro desde la construcción misma de su personaje principal, un niño que -presentado desde el título- ha nacido con piernas caninas, con la insolencia y la bestialidad de los animales, pero con un corazón susceptible a las humillaciones, ofensas y vejaciones que debe soportar por parte de sus pares, sin lograr entender los alcances de la crueldad humana, vagando penosamente entre su identidad originaria y su mitad fiera.

Pero el niño no está solo en el mundo. Lo acompaña un hombre -narrador testimonial de esta novela- que lo rescata de su desolador entorno familiar para llevárselo con él, relatándonos su experiencia con el muchacho, contándonos desde el primer momento que escribe para olvidar. De ahí en adelante se nos viene encima una historia tan real como ficticia, que oscila entre ambos registros desconcertando al lector, pero desbordando de principio a fin una humanidad desgarrada, afectada por el reflejo de su propia inmundicia, perpleja quizá si leemos el libro desde los ojos de Bobi, un niño inocente que comete el pecado de ser distinto, tan brutalmente distinto que se ve sujeto a una total exclusión por parte de la sociedad.

Queda a gusto nuestro si entendemos la novela como una creación realista o de ficción, pero lo que parece importar más no es precisamente eso. Droguett integra en su relato no solo sus mejores artimañas, sino además una cosmovisión socio-política certera que se asienta en lo políticamente incorrecto, pero con tanta ferocidad como lo hace Bobi al defenderse de sus hostigadores más incautos. Define la idiosincrasia del Chile de los 60' incluyendo personajes de distintos estratos y roles sociales, como abogados, médicos, profesores, carabineros, sacerdotes, entre otros ciudadanos medios que integraron una sociedad agitada, llena de miedos y esperanzas, que desembocaría luego en el programa revolucionario de Salvador Allende y su forzado ocaso gubernamental. No conforme con ello, Droguett mezcla también varios registros literarios, incluyendo una fábula alegórica de origen folklórico, situándola entremedio de la novela como lo hacía Cervantes en el Quijote, creando una explosiva aleación de géneros populares con otros más formales, como el caótico uso de la puntuación, la corriente de la conciencia y el trabajo psicológico y/o existecial en cada uno de sus personajes.

En definitiva, para los que quieran disfrutar de la novela impresa, recomiendo la edición de Pehuén, económica y de un adecuado trabajo gráfico y editorial. Para los que prefieran su versión on-line, es posible leer y descargar la novela completa en la página Memoria Chilena, donde además encontrarán información del autor, de sus libros y una ficha de la novela en el siguiente link.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El hombre rebelde (1951)


Albert Camus siempre fue un autor políticamente incorrecto. Nació en Argelia, un año antes que estallara la Primera Guerra Mundial, y escribió en el periodo en que empezaban a ebullir las ideas de descolonización en África, con Ahmed Ben Bella a la cabeza del Frente de Liberación Nacional, movimiento independentista que consolidó su triunfo el 18 de marzo de 1962, dos años después de la muerte del escritor.

De padres franceses pero de espíritu libre y universal, Camus desarrolló una obra de profundo humanismo y activismo político, declarándose en contra del cristianismo, el marxismo, el existencialismo y cualquier corriente de pensamiento que alejara al hombre de su esencia emancipadora y su necesidad de libertad. Esa anarquía constructiva y llena de vida derivó en su "Filosofía del absurdo", postura personal frente a las nacientes ideologías de la época, que exponía su miedo a las ideas opresivas y terminantes que según Camus ahogaban el impulso humano de libre albedrío, principio máximo de toda autonomía y manifestación artística genuina. Estos principios son los que desarrolló extensamente en El hombre rebelde, explicando su particular visión de la Historia, la cultura, la política y la religión.

El hombre rebelde es una reunión de ensayos que problematizan las relaciones jerárquicas, que van de amos a siervos, de patrones a esclavos, de creyentes a dioses y de ciudadanos a Estados. Rastrea el origen socio-cultural del fenómeno y explica hitos de la rebeldía humana, diviendo los sucesos en tres partes: la rebelión metafísica, la rebelión histórica y la rebelión artística, acabando con una síntesis y una perspectiva anarquista sobre el futuro de dichas revoluciones. Su intensión radica en la formulación de una idea profundamente política que explique la Historia de la humanidad, pero no como una lucha de clases, sino como una permanente revolución de individuos conscientes de sus derechos y su voluntad de emancipación, acuñando el término de "invididualismo solidario", presentando al anarquismo como teoría superior al marxismo.

Autores como el Marques de Sade, Nietzsche, el Conde de Lautréamont, Hegel y los surrealistas, desfilan en las páginas de El hombre rebelde como ejemplos paradigmáticos de la teoría socio-política de Camus, marcando verdaderos centros de acción en la Historia del arte y la cultura. Son entendidos como bases de fuertes movimientos que agitaron a la sociedad de ayer y hoy, comprendiendo su influencia como un permanente acto de rebeldía que le permite al ser humano evolucionar y desarrollarse, creando un proceso dialógico que jamás termina. Esta idea activista de la Historia es una mezcla coherente que Camus realiza a partir del nihilismo, el anarquismo, el existencialismo y un concepto ético de la acción, figurando una concepción propia de la realidad que permanece en constante conmoción, cambiando infinitamente hacia un sentido máximo de libertad e independencia.

Posiblemente, a pesar de la solidez de sus postulados, las teorías de Camus nunca fueron tan populares como el marxismo o el anarquismo como tal, ni tampoco alcanzaron un grado de debate tan amplio como el nihilismo nietzscheano. Pero hasta el día de hoy, cuando el autor celebra su 98º natalicio, es posible dialogar con sus ideas de forma tan directa y ágil que pareciera que su pensamiento sigue influyendo activamente en la sociedad, incluso aunque no se lea tanto como a otros clásicos. Por lo mismo, resulta indispensable leer hoy El hombre rebelde con una consciencia histórica madura y un sentido político que trascienda los básicos conflictos entre ismos cada vez más anquilosados. Porque las teorías de Camus superaron los conceptos más populares, permitiendo una visión más amplia de la realidad y una constante reflexión acerca del rol del ser humano en las transformaciones del mundo.

Para quienes quieran leer el libro, recomiendo la edición de Losada a pesar de su repulsiva tapa, ya que por un precio módico se puede conseguir una buena traducción y un aceptable trabajo editorial. Para los que prefieren las versiones on-line, les dejo el siguiente link.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mapurbe: venganza a raíz (2009)


Hace tiempo que la literatura mapuche se ha ido ganando un importante espacio cultural en nuestro país, además de autodefinirse como una propuesta sólida y políticamente activa. Sus innumerables autores, diversos en género, edad y estilo, han ido construyendo una obra rica en matices que conservan el espíritu de su pueblo, como una gran arpillera donde cada uno es representado por sus propios colores. Existen muchas antologías ha nivel nacional e internacional donde se han incluído poetas mapuche, y algunos han recibido importantes premios, participando además en congresos, bienales y festivales de gran envergadura. Destaca ese trabajo comunitario, ese sello tan característico de la cultura indígena, que ha permitido consolidar en muy poco tiempo una forma diferente de entender la literatura, donde grandes autores han definido la esencia de una comunidad a través del lenguaje, como una alternativa contemporánea a la oralidad que los acompañó desde siempre. En este gran espacio multicultural convive la obra de David Aniñir, un (anti)poeta santiaguino de padres mapuche, un obrero oriundo de la comuna de Cerro Navia que ha defendido valientemente tanto su identidad primigenia como su proveniencia poblacional, creando un arte traspasado por esa marginalidad que mezcla a los explotados de distinta manera, pero siempre por el mismo explotador.

Su obra se caracteriza por la permanente provocación, heredera directa de la poesía posterior a Nicanor Parra, alimentada por las experiencias del suburbio capitalino. En sus textos prevalece la tensión entre lo urbano y lo rural, una especie de nostalgia del pasado autóctono que lucha contra su poderosa conciencia de realidad inmediata, donde los sueños se van perdiendo en los arrabales de la periferia como niños hambrientos, ávidos de futuro y comprensión. Este testimonio de orfandad, de doble extranjeridad considerando la constante discriminación tanto por el indígena como por el habitante de las clases más bajas, crea un discurso fuerte, resistente ante el desprecio y la represión, que permite la resurrección de un "Ciberlautaro" que ve humillado como sus nietos van tomando la micro, sirviendo al patrón aunque sin olvidarse de sus raíces, "en este santiagóniko wekufe maloliente".

Mapurbe es justamente la síntesis de todo lo anterior. Fue publicado el año 2005 de manera independiente, pero Pehuén decidió re-editarlo corregido, con poemas nuevos y otros que pasaron a ser parte de Haikuche, su segunda obra que vio la luz el 2008. En el libro, Aniñir juega a mezclar la cultura "winka" con la visión originaria del mapuche, tratando de superar los prejuicios, las distancias y las rivalidades con peligrosos resultados. Este mundo híbrido, expresado en la ambigüedad y la violencia del lenguaje, rescata la identidad del Chile más primitivo y lo mezcla con las manifestaciones de la pobla, creando un caos reinante que se ve influenciado por el punk, el heavy metal, las barras bravas, los improperios y la suciedad, recursos que se ven retratados casi sin mediaciones, problematizando el discurso poético con imágenes de alto calibre, sinceras hasta sus máximas consecuencias. De esta manera, se articula una anti-poesía que le da énfasis al ingenio, a las calles y a la experiencia diaria, mezclando el coloquialismo con el mapudungún, la rabia con la impotencia por la pérdida de la tierra, y la resistencia con la ironía de verse conviviendo con el enemigo.

Existe en Aniñir una nostalgia por el pasado ancestral de su pueblo, pero lo que más late en sus poemas es el grito de reivindicación que hoy comparte con todos sus compañeros. La guerra contra la mentira y la explotación, el repudio a la asura del capitalismo y su hipocresía que incluye al mapuche como esclavo de la oferta y la demanda, sin darle espacio a sus legítimas protestas. La invocación a la lucha de clases no es gratuita, y el conflicto político tiñe de sangre una postura que se niega a la indolencia, prevaleciendo en Mapurbe la ansiedad de libertad y autonomía que hoy define al pueblo mapuche. Así presenciamos el espectáculo de nuestra propia crisis, y así nos retrata Aniñir el colapso de los valores impuestos por una sociedad individualista y mezquina, que se niega a darle un espacio a los verdaderos dueños de esta tierra lacerada.

Debido a que el precio del original es totalmente accesible, y comprarlo ayuda a la difusión y lectura de un autor vigente, en este caso dejaré un artículo que circula en internet sobre la poesía joven mapuche y su relación con su contexto socio-político, con bibliografía muy completa y una visión que también abarca sus raíces ancestrales. Lo pueden leer en el siguiente link.

viernes, 30 de septiembre de 2011

El obsceno pájaro de la noche (1970)


Hablar de la literatura chilena del siglo XX sin integrar la figura de José Donoso, sería una barbaridad. Posiblemente sus novelas no son la representación de la actual narrativa nacional y latinoamericana, por las diversas corrientes que la han apuntado hacia otros intereses; algunos creen que sus textos han envejecido mal, y son meros documentos de una época; otros, como Roberto Bolaño, opinan que su estilo barroco simplemente es aburrido e indigerible, por lo que sus historias no llaman mucho la atención. Pero sin importar el punto de vista, muchas veces dominado por la mala lectura o la ausencia de ésta, Donoso supo crearse un espacio en lo que alguna vez fue la vanguardia de nuestro continente. Hoy parece una isla oscura y misteriosa entre mares turbulentos, pero alguna vez fue un presente brillante, y de ese talento luminoso nació El obsceno pájaro de la noche.

Donoso solía declarar que la presión de sus novelas lo llevaba a la enfermedad. Sufría de problemas hepáticos que al final le ganaron el último round, falleciendo de lo mismo el 7 de diciembre de 1996. Aún así, el autor decía que la literatura era su peor dolencia, y eso es notable en el presente libro. Porque El obsceno pájaro de la noche está poblado de seres monstruosos, de personajes dejados de la sociedad y el progreso, retratando una marginalidad brutal que bajo su pluma se transformó en una terrible aberración. Ancianas deformes y pervertidas, con hábitos escondidos detrás de su nauseabunda santidad, hombres extraviados por sus obsesiones que acaban convirtiéndose en desperdicios humanos, y jóvenes que exploran el sexo como una total degeneración de los sentidos. Esos son los personajes usuales de José Donoso, que en esta novela son llevados a su extremo, tan así que el más desquiciado Luis Buñuel estuvo a punto de comprarle los derechos para hacer una película sobre la obra.

La historia tiene como protagonista al Mudito, quien además funciona como narrador. Es un personaje deforme que parece tener la misma fisionomía del Invunche, personaje mitológico del sur de Chile que se supone custodiaba la cueva de los brujos. Dentro del libro, su función parece ser la misma, al principio de la narración en la casona de las viejas (Casa de Ejercicios Espirituales de la Encarnación de la Chimba) y luego en la Rinconada, casona donde su patrón, Jerónimo de Azcoitía, mantiene en cautiverio a su hijo deforme junto a una repugnante tropa de personajes anómalos y decadentes. Por lo mismo, el Mudito parece ser justamente un residuo humano provocado por el abusivo manejo del poder, un personaje manso y aplacado que decide no volver a hablar, generando dentro de sí un mundo corrompido, caótico y traumatizado, que se refleja en las páginas de Donoso como una realidad que nos desborda y que, al mismo tiempo, consumió a su autor hasta la real enfermedad.

La configuración de la novela y sus personajes, la calidad descriptiva, el poderoso influjo del neobarroco donosiano y la fuerza de las imágenes provocadas, las dejo al análisis de quienes ya lo leyeron y como una especie de tentación para los que aún no tienen la suerte de hacerlo. El libro, al ser un clásico de nuestra literatura, es encontrable en versiones tan accesibles y apropiadas como la de Punto de Lectura, de la Editorial Aguilar (ver foto). Para los que prefieren las versiones gratuitas de internet, dejo a su disposición el siguiente link.

martes, 20 de septiembre de 2011

Putas asesinas (2001)


Roberto Bolaño pertenece a ese tipo de artistas nacionales que al vagar por el mundo y cruzar la ficción de las fronteras, se convierten en patrimonio mundial. Existen otros casos similares en nuestro territorio, como el polifacético Alejandro Jodorowsky y el cineasta Alejandro Amenábar, quienes al arraigarse en otros suelos han transformado sus obras en monumentos universales, que beben de distintas corrientes y persisten en diversas tradiciones, logrando un crisol de influencias que claramente favorece a su trabajo. El caso de Roberto Bolaño está un poco más ligado a nuestra nación, a diferencia de Jodorowsky, que goza de ser apátrida, y de Amenábar, que acabó enamorándose del establishment español. Bolaño, por su parte, siempre volvió física o virtualmente a su país, a través de simbólicos viajes o novelas tan interesantes como Nocturno de Chile, donde resulta innegable su preocupación por nuestro panorama político y socio-cultural, lugares recurrentes de su literatura, sus reflexiones, sus inquietudes y sus agudas críticas, que siempre encontraron asidero y repercusión mediática en la contingencia nacional. Putas asesinas, sin lugar a dudas, hace eco de estas afirmaciones, y el espíritu cosmopolita del autor vuelve a exhibirse en gloria y majestad, en un compendio de 13 cuentos que se ensamblan perfectamente a la continuidad de su obra.

La seguidilla de relatos parte con "El Ojo Silva", una excelente historia a la cual el autor nos introduce asegurando que "de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década de los cincuenta, los que rondábamos los veinte años cuando murió Salvador Allende". De esta afirmación, que es emitida tanto por el narrador como por el propio autor, casi sin ambigüedades entre ambos, podemos extraer importantes ideas que circulan a lo largo de todo el libro. La primera es su eterna correspondencia con Chile, en este cuento en específico a través de un auto-exiliado que huye del Régimen Militar, pasando por Argentina, Alemania y sobre todo por su México querido, mucho más protagonista que nuestro país en el caso de Putas asesinas, siendo el lugar ficticio donde ocurre el famoso cuento "Últimos atardeceres en la tierra", uno de los puntos más altos del libro. También es notable el afán universalista tan reiterado en Bolaño, quien regresa a España en su cuento "Buba", se pasea por Europa en "Vagabundo en Francia y Bélgica" y aterriza en Chile para cerrar con sus certeros "Carnet de baile" y "Encuentro con Enrique Lihn", donde nos entrega su rotunda opinión sobre la poesía chilena más clásica y la que por aquel entonces era contemporánea a su narrativa. Además, resulta necesario agregar que la violencia anteriormente citada como puntapié inicial, es transversal a lo largo de todo el libro, y encuentra cimas de interés en "Prefiguración de Lalo Cura" y "Putas asesinas", el último homónimo y fundamental para entender la disposición del título, que aparte de ser llamativo y comercialmente aceptable, retrata muy bien esa violencia que germina tanto de forma velada como explícita en casi todos los relatos de esta recopilación.

Por otro lado, y en especial para los fanáticos del autor, es importante señalar que vuelve a aparecer la mítica figura de Arturo Belano, alterego de Bolaño que se hizo célebre en su novela Los detectives salvajes, y en esta ocasión aparece en "Fotos", sumando un bloque más a la tremenda estructura literaria que es la obra del chileno. Porque es elemental hacer hincapié en el mundo que fue creando Bolaño, pieza por pieza, cada vez que publicó alguno de sus libros. Un mundo asentado en la realidad pero asediado constantemente por la ficción, donde se mezclan datos autobiográficos, documentos históricos, personajes reales y ocurrencias del autor, desvaríos, obsesiones y pasiones literarias que pelean por trascendencia en el impetuoso estilo bolañesco, donde la agresividad se enfoca en la destrucción de la hipocresía y la violencia es la madre de todos los vicios.

A pesar de que los precios de Anagrama suelen ser muy altos, rondan por internet varias versiones decentes del libro. Les dejo una alternativa en el siguiente link.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Abrirán las grandes alamedas (2003)


Es imborrable de la memoria latinoamericana la figura política de Salvador Allende. Su poderosa intervención de demanda en la ONU o sus últimas palabras de dolor y decepción antes de acabar con su vida, han pasado a ser parte del imaginario cultural de todo un continente, que sufrió unido al pueblo chileno durante el golpe de Estado de 1973, cuando Augusto Pinochet, asociado a los miembros de todas las ramas armadas de la nación, bombardeó el Palacio de La Moneda para instaurar junto al gobierno norteamericano un sistema económico experimental que hoy tiene a Chile en las calles, repartiéndose en la voz de cientos de miles de estudiantes que manifiestan su repudio a un sistema que los excluye y los corrompe hasta volverlos mercancía.

En el año 2003, al celebrarse el aniversario Nº 30 de la muerte del Compañero Presidente, se llevaron a cabo a lo largo de todo el país un sinfin de actos culturales y conmemorativos, con el fin de honrar el recuerdo de unos de los políticos más consecuentes y transparentes que han guiado al pueblo latinoamericano, además de recapitular quizá el periodo más oscuro de la historia chilena, cuando la infamia y el absurdo lograron imponerse a costa de las vidas de mucha gente. En el marco de esas celebraciones, se publicó el presente libro, Abrirán las grandes alamedas, cuyo título hace referencia a las famosas declaraciones de Allende antes de morir, cuando a través de la ya desaparecida Radio Magallanes se dirigió por última vez a ese pueblo que tanto amó.

Dentro del libro, se pueden encontrar 4 de los más importantes discursos del ex mandatario. El primero, por motivos de su victoria legítima en el parlamento, fue pronunciado el 5 de septiembre de 1970, en los balcones de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), frente a masivas congregaciones de familias y trabajadores felices por su triunfo limpiamente obtenido (ver enlace). El segundo, previo a la histórica nacionalización del cobre, explica de manera clara y precisa las razones urgentes que lo llevaron a su decisión, por medio de estadísticas y datos duros que demostraban claramente los fraudeles legales que las transnacionales ocupaban y siguen ocupando para explotar de manera indiscriminada los recursos básicos de América Latina (ver enlace). El tercero es el inolvidable discurso que Salvador Allende pronunció en las Naciones Unidas en 1972, íntegro y divido en sus puntos de mayor interés, cuando el entonces presidente de Chile denunció el abuso de las empresas norteamericanas y el peligro que ello significaba para la democracia de Latinoamérica (ver enlace). Por último, está el registro de sus últimas palabras divididas en sus 5 emisiones públicas, una a las 7:55, la otra a las 8:15, la siguiente a las 8:45, la próxima a las 9:03 y la final a las 9:10 de la madrugada (ver enlace).

Estos discursos reunidos, mucho más vigentes de lo que parecen, aún cumplen con una función histórica, social y cultural que LOM Ediciones acertadamente rescató, en un proyecto que además se basa en las ideas del propio Salvador Allende, quien en vida ideó un proyecto literario accesible para cualquier lector, cobijándose en la Editorial Quimantú (ver enlace) y siguiendo patrones de producción que hoy los denominados "Libros del Ciudadano" recuerdan a la perfección. Son libros de bolsillo que varían entre los 1.500 y 2.000 pesos chilenos (2 o 3 dólares aprox), cuyo rol es masificar el hábito de lectura poniéndolo al servicio de cualquier persona dispuesta a leer. Por todo esto, se agradecen sus publicaciones en general para la formación de cada invididuo, y esta en particular por recordarnos la postura de un político esencial que fue capaz de entregar su vida por las causas populares, justo ahora que sus familiares han llamado a celebrar un funeral masivo y oficial para trasladar los restos de Allende a su descanso definitivo.

Para más información de su obra, su gobierno y sus ideas, visiten las siguientes páginas oficiales, donde podrán encontrar una gran cantidad de material:

http://www.salvador-allende.cl/
http://www.archivochile.com/

lunes, 5 de septiembre de 2011

Poemas para combatir la calvicie (1993)


Los libros publicados por el Fondo de Cultura Económica, tanto en Chile como en otros países de nuestro continente, han sabido cumplir muy bien con sus obligaciones preestablecidas, entre las que destacan funciones sociales, culturales e intelectuales de diversa índole. Han sabido situarse, además, como mediadores entre los sectores populares y los más eruditos, colocando excelentes títulos tanto en bibliotecas comunes como en los grandes estantes académicos, acortando esas eternas distancias que impiden que la literatura llegue a todos sus lectores posibles. En esto último, aunque parezca demasiado acotado, hago referencia a tres tipos de lectores que me parecen fundamentales: el lector común, el lector intelectual y el lector de best-sellers, los cuales son abarcados en su totalidad por los libros de la FCE, cumpliendo así, con interesante responsabilidad, la que resulta ser su verdadera misión: difundir y patrocinar a aquellos escritores que acaban siendo pilares para el desarrollo cultural de nuestro continente. Entre ellos, sin lugar a dudas, se encuentra don Nicanor Parra, quien el día de hoy cumple 97 años y en su celebración merece mucho más que esta humilde reseña.

El célebre anti-poeta, hoy leyenda viva de las letras nacionales, no ha dejado de sorprendernos en ningún momento. La publicación de su segundo tomo de Obras Completas & algo + (2011) y su público apoyo a la huelga de hambre mapuche durante el 2010, han sido tan significativas como aquella recordada exposición visual del 2006 en el Centro Cultural Palacio de La Moneda, donde ahorcó de manera simbólica a todos los ex presidentes de Chile, satirizando la situación política de nuestro país. Además, durante ese mismo año, al publicar el primer tomo de sus Obras Completas, se convirtió en el más vendido de la Feria del Libro chilena, demostrando así su indiscutible vigencia.

Poemas para combatir la calvicie, el libro que escogí para celebrar sus 97 primaveras, en verdad no es un título al azar, como tampoco lo es la función mediática que ha cumplido en sus ya incontables reediciones. Posterior a Obra gruesa (1969) y anterior a sus ya señaladas Obras Completas, fue la antología más importante del autor a lo largo de toda la década de los 90', convirtiéndose en material indispensable para cualquier lector de mi generación, esos actuales veinteañeros chilenos que hemos crecido sin poder evitar la poderosa influencia de Nicanor Parra en nuestra literatura, siendo testigos de aquella sólida construcción prográmatica que hoy es conocida en todo el mundo como "anti-poesía".

El libro contiene íntegros todos los Discursos y prédicas del Cristo de Elqui, material casi imposible de ubicar en su texto original, además de agregar, desde la 5ta reimpresión en adelante, un discurso escrito en clave anti-poética en 1997, que después sería parte de Discursos de sobremesa (2006), último original publicado hasta la fecha por su autor. Por otra parte, también contiene una selección escogida de todos sus libros anteriores, además de un prólogo del crítico y escritor peruano Julio Ortega y un puñado de interesantes poemas inéditos. Por todo esto, a lo que podriamos agregar su excente trabajo de producción, la FCE volvió a ganar la partida con este libro quizá un tanto obsoleto, pero que me parece acertado como regalo simbólico a su autor de mi parte y de una generación que creció con su hilarante visión poética.

Poemas para combatir la calvicie es un libro muy asequible tanto nuevo como en librerias de viejo, debido a su precio módico y su exhaustivo tiraje, pero en internet parece no circular de manera íntegra. Aún así, les dejo 2 links con una gran variedad de artículos, poemas y materiales varios para abordar la obra parriana.

Letras s5: aquí.
Portal de la Universidad de Chile: aquí.

domingo, 21 de agosto de 2011

Todo está hecho con espejos (1999)


De a poco se ha ido haciendo justicia con la imagen de Guillermo Cabrera Infante en Cuba, su país natal. Sobre todo reconociendo que el escritor formó parte de ese importante conglomerado de estrellas al que se denominó Boom latinoamericano (ver enlace), siendo uno de los escritores fundamentales de nuestro continente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Escapó con problemas de su patria, durante ese periodo gris de la Revolución Cubana en el que había que abanderarse para opinar, pero jamás logró escapar de la propia politización de su obra, la cual le jugó en contra durante el resto de su vida. Porque, paradójicamente, la literatura de Cabrera Infante es un reflejo de las costumbres habaneras, la esencia misma de la identidad cubana, y atentar contra su país fue romper ese espejo del que están hechos todos estos relatos (a pesar de que la ingratitud del gobierno revolucionario y los más variados argumentos le sigan dando la razón).

Hoy en Cuba se está planteando un proceso de "redescubrimiento" del autor (ver enlace). Muchos resaltan el hecho como un ejemplo de los profundos cambios que la Revolución Cubana se ha propuesto para el futuro. Han pasado seis años desde su muerte, y aunque su fallecimiento no haya sido noticia en Cuba, poco a poco se ha ido dando el espacio y las circunstancias para su total reconocimiento. Este proceso se venía dando desde hace tres años atrás, cuando Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco se titularon de periodismo con una tesis sobre el polémico escritor, que posteriormente ganaría el premio de ensayo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas (2009), abriendo nuevamente el debate sobre su figura y su real importancia, demostrada sin lugar a dudas en el presente libro.

Este volumen de cuentos, compilados por el propio Cabrera Infante, reúne sus relatos favoritos sin ordenes temporales ni contextuales. Esta libertad se propaga al encontrarnos con su multiplicidad de temas, personajes, variantes lingüisticas y otros trucos de feria y de salón que se le van escapando del sombrero, utilizando el lenguaje y la narratividad como un verdadero ilusionista. A esto se le suman su ya reconocida pasión por el imaginario popular, su brillante uso del humor y su asedio constante a la cotidianidad, que le permite explotar con gracia los detalles más inhóspitos de nuestro día a día. En esta ocasión, podemos repasar su pasado periodístico y revolucionario en "Un día de ira", donde se relata el episodio de la explosión del buque La Coubre (ver enlace) en 1960. También son notables sus experimentos con el lenguaje y el costumbrismo cubano en "Josefina, atiende a los señores" y "La duración del tiempo", o su inagotable caleidoscopio cultural e intertextual en "Muerte de un autómata", "Delito por bailar el chachachá" y "El fantasma del Cine Essoldo".

En resúmen, Todo está hecho con espejos puede ser un libro irregular y desconcertante, tomando en cuenta la primera subjetividad que significa elegir lo mejor de tu obra. En este aspecto, muchos pueden estar en desacuerdo con el autor, opinar que faltan algunos cuentos inolvidables o reprocharle un par de caprichos innecesarios. Pero también vale destacar que tiene su encanto entrar en esta Casa de los Espejos, donde resulta imposible no toparnos con desfiguradas imagenes del propio autor, o algunos reflejos conscientes o inconscientes de esa Cuba conflictiva, que lo persiguió como sombra incluso hasta después de su muerte.

Link de descarga: aquí.

sábado, 30 de julio de 2011

Adiós muchedumbres (1989)


La poesía suele (o solía) pasearse por lugares inhóspitos para lograr la trascendencia. Se habla de espiritualidad, de sublimidad y de una tradición poética que los tiempos modernos han tratado de derribar. Se atribuye el carácter de "poeta" a un puñado de fantasistas, sensibleros, alucinados e ingeniosos hombres capaces de usar el lenguaje para crear ilusiones. Pero, ¿qué es la poesía entonces? ¿un trance místico o un oficio como cualquiera? José Ángel Cuevas es de los que ejercen la segunda opción, y pertenece al grupo de escépticos que vieron como nuestra Revolución se caía a pedazos. Es de esos vagabundos de ciudad que tienen el espíritu forjado a base de rabia y rebeldía, pero esa rebeldía que se va apagando con los años y las contínuas decepciones que hemos sufrido los chilenos desde el Golpe de Estado de 1973.

La poética de Cuevas responde a los caprichos del urbanismo. En especial, escribe sobre la capital donde habitan juntos el amor y el odio. Escribe sobre esa ciudad donde nunca se abrieron las grandes alamedas. Escribe, sin más, sobre Santiago de Chile, ese Santiago que no se ha recuperado aún de las cicatrices que le dejó la dictadura. Porque el autor fue partícipe no solo de los movimientos revolucionarios de los 70', sino también de las manifestaciones en contra del régimen militar, del cual nunca pudo escaparse. De esta manera, José Ángel Cuevas representa a todos los que se quedaron a ver el gran espectáculo de la decadencia chilena, a los que resistieron a puño y letra los embistes de la injusticia, y su poesía por lo mismo resulta ser altamente testimonial. Así se nos habla desde un exilio interior, desde esa curiosa impresión de sentirse extranjero en tu propia patria, retratando quizá uno de los Santiagos más opacos de la Historia, sin desmerecer otras atroces experiencias.

Adiós muchedumbres es un libro del cual el propio autor prefiere no hablar, ya que corresponde a un compendio de sus obras más tempranas, abarcando sus 5 primeras publicaciones: Efectos personales y dominios públicos (1979), Introducción a Santiago (1982), Contravidas (1983), Canciones rock para chilenos (1987) y Cantos amorosos y patrióticos (1988). Hoy Cuevas señala que esos poemas "no van a ninguna parte", y hasta ha declarado que se siente arrepentido de haberlos publicado. Pero esta extraña modestia no tiene nada que ver con la calidad y la agudeza con que el poeta logró retratar el difícil período socio-político que le tocó vivir. Sus poemas hablan de frustración, de impotencia, de pérdida, de marginalidad y de la gran cultura popular que siempre ha tenido nuestro país. Porque el poeta es de raíz "guachaca", de pura cepa al estilo De Rokha, y hasta el día de hoy reside humildemente en Puente Alto, comuna periférica de la capital donde nació y creció (y en la cual también habito yo).

José Ángel Cuevas hace gala de su estilo chilenísimo y su interesante percepción de la realidad, usando un lenguaje coloquial, muy sencillo y directo, con olor a chicha y empanada. Nos ha dejado uno de los testimonios patrióticos más importantes que se han dado en la poesía de nuestro país, ofreciéndonos una gris postal de lo que fue el Santiago de los 70' y 80's, negándose a cerrar esa herida de una época tristemente recordada, y a la vez muy dispuesta a olvidar. Adiós muchedumbres es una excelente selección de todo lo ya mencionado, y resultará cercano para todo chileno (e incluso extranjero) que haya vivido aquellos períodos terribles, y será iluminador también para otros como yo, que nacieron en un momento histórico posterior, donde aún se pueden apreciar las consecuencias heredadas del pasado.

Editorial Cuneta ha re-editado este libro con una estética muy llamativa y un muy buen trabajo de edición. Además, el precio es muy accesible y el formato bastante cómodo para leer y transportar. Dicha re-edición es del año 2010 y cuesta alrededor de 6000 pesos chilenos (12 dólares aprox). No he encontrado una versión íntegra del libro en internet, pero hay mucho material disperso e información relativa a su obra en el siguiente link. También pueden encontrar algo sobre el libro en sí y otros títulos interesantes en esta página o el siguiente blog. Espero que lo disfruten.

miércoles, 13 de julio de 2011

En Cuba (1972)


En estos momentos, Ernesto Cardenal es uno de los poetas vivos más importantes de Latinoamérica, en contraste a la ingrata realidad que lo aqueja a nivel político y cultural. En el primer punto, hago referencia a la polémica que sostiene en Nicaragüa, su país natal, donde, a pesar de ser gobernado por Daniel Ortega, el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (al cual el poeta apoyó a lo largo de toda su vida), Cardenal es perseguido por su postura contraria a lo que llama "dictadura" y "robo-lución" (ver enlace). En sus propias palabras, se niega a colaborar con un régimen estalinista, corrupto y ladrón, en el cual participó desde 1979 hasta 1989 como Ministro de Cultura, para luego dejarlo al percatarse de la progresiva decadencia a la cual se veía sujeto su partido. En 1994, cansado de los abusos y las veladas injusticias, se sumó a los disidentes del Movimiento de Renovación Sandinista, grupo de centroizquierda que busca la redención, la dignidad y el encauzamiento del viejo sandinismo revolucionario. En esa postura se mantiene hasta hoy, no exento de problemas judiciales y vergonzosas persecuciones por parte del actual Estado nicaragüense (ver enlace).

Si tuviera que destacar la importancia de un libro como En Cuba, testimonio fundamental de un poeta crítico y agudo como Cardenal, partiría señalando que la poesía es el mejor filtro para decantar el espíritu humano, sobre todo en el épico trabajo revolucionario llevado a cabo en Cuba entre la década de los 60' y los 70'. Toda estadística, análisis político y reportaje periodístico que haya intentado abordar el esfuerzo y la lucha del pueblo cubano durante los primeros años de la Revolución, está destinado al fracaso o la miopía. Pero Cardenal sale victorioso, y comparte su triunfo con todos nosotros, luego de permanecer casi un año estudiando el panorama socio-cultural de la isla, a la cual describe con fidelidad absoluta, de diversas perspectivas y evitando dejarse llevar por la emoción, labor complicada en un país donde el amor gobierna mucho más que Fidel.

Cardenal declara, dentro de su propio libro, que su visita a Cuba fue tan iluminadora como los motivos que lo llevaron a ser sacerdote. Y no creo que exagere, ya que la política y la religión parecen ser los dos máximos motores de su existencia. Además, su arduo estudio humano y espiritual, su afinidad con las ideas revolucionarias, su mirada imparcial ante la injusticia y su insaciable ansiedad de libertad nos parecerán también a nosotros "iluminadoras" y esenciales, de un valor realmente inestimable para lograr un buen juicio sobre la política cubana.

El libro está conformado por diferentes tipos de datos. A veces imita ciertos aspectos periodísticos o la literatura en forma de diario, agregando además canciones populares, poemas de autores cubanos, panfletos de la época, fotos y descripciones de letreros propagandísticos, discursos de Fidel, testimonios de importantes personajes de la Revolución, entre otros. De esta manera, el panorama nos resulta completo, abierto y curiosamente arbitrario, dejándonos solos frente a la enorme responsabilidad de enjuiciar el proceso revolucionario cubano. Sería tonto negar que el autor recae también en la opinión personal y en la diáfana exposición de su ideología, pero esto, en sus páginas, resulta más consecuente que caprichoso, y no estorba la interpretación de un lector que debe ser inteligente y precavido, y que debe entrar en el libro como si fuera Fidel en la Sierra Maestra.

Tomando en cuenta lo anterior, declaro indispensable la lectura de este libro no solo por los partidarios de la Revolución, sino también (y en mayor prioridad) por los que se mantienen excépticos frente a un movimiento que, digan lo que digan, se ha desgastado por la presión económica del sistema enemigo, la tergiversación de sus triunfos por la irresponsable prensa mundial y los propios errores cometidos por un gobierno cauteloso pero oxidado, que peligra cada día que pasa a pesar de su invaluable coraje que lo llevó a luchar contra la opresión, el lucro y la usura. Por lo mismo, no nos queda más que seguir apoyando las causas nobles y revisar estas páginas con nostalgia, donde se retratan los mejores años de una Revolución que aún levanta masas y emociones, negándose a caer frente a la discutible ambición de sus opositores.

El libro, en verdad, es difícil de encontrar. La edición que yo poseo (la misma de la foto) es argentina, publicada en 1972, y la conseguí barata en una tienda de libros usados. No logré encontrarla en formato .pdf, pero sí encontré un testimonio más actual del poeta sobre Cuba, adjunto en el siguiente link. Además, procedo a adjuntar otros documentos que considero fundamentales para lograr un juicio responsable sobre Cuba y su gobierto:

Visita reciente de Cardenal a La Habana: aquí.
Diversos documentales y películas, de gran calidad e incalculable aporte, todas gratis para descargar: aquí.
Película sobre el "Che" Guevara, dirigida por Steven Soderbergh, con reseña incluida: aquí.

Sinceramente, espero que el material les sea de utilidad.

domingo, 26 de junio de 2011

Ponche de ácido lisérgico (1968)


Los años 60' fueron explosivos. Se desataron tormentas que, hasta el día de hoy, nadie ha podido detener. A veces pagan justos por pecadores, se reparten mal las culpas o se cae en prejuicios que ya deberíamos haber dejado atrás hace décadas. Pero aún así hay algo innegable: con o sin droga, y entre un mar de cráneos devastados por el caos, existieron genios de alcance mundial. Desde músicos hasta poetas, desde artistas a filósofos de renombre, desde políticos hasta grandes periodistas, desfilaron por la década con ímpetu estrafalario, cambiando el curso de la Historia. Tres de ellos fueron Ken Kesey, Neal Cassady y Tom Wolfe.

Ponche de ácido lisérgico es la gran aventura de Kesey, la mente maestra detrás de Alguién voló sobre el nido del cuco (ver enlace), novela inspiradora de la película homónima de Milton Forman (ver enlace), que trata sobre la locura y la responsabilidad social de todos nosotros en ella. La novela fue un éxito, Kesey acaparó la atención de los medios y algo de dinero, y con esto decidió iniciar un viaje a través de los Estados Unidos junto a los "alegres bromistas", un grupo de drogadictos desquiciados, desenfrenados y llenos de una pasión gigante por la existencia. En total libertad, con actitud orgiástica y carnavalesca, al compás del rock y el LSD, Wolfe se suma al estilo de vida de Kesey y se dedica a registrar todo suceso, interiorizándose en cada personaje y en la profunda filosofía que los unió, utilizando un género literario híbrido que llamó Nuevo periodismo, el cual consistía en narrar a partir de sucesos reales pero usando una metodología literaria, que incluía al monólogo interior, variados puntos de vista, diálogos largos y zigzagueantes, polifonía en el discurso, etc. Además, se apoyoba en los métodos periodísticos más tradicionales, como la investigación en terreno, la entrevista, el sensacionalismo y el dato exclusivo, entre otros.

En su aparición, como era de esperarse, el libro generó una gran controversia, tanto por su contenido como su ruptura en el oficio. Wolfe, en parte, intentó redimir al que era, en ese entonces, uno de los hombres más buscados de su país, metiendo en su historia a otros íconos juveniles como los Grateful Dead, los Ángeles del Infierno, los Beatles, Allen Ginsberg y el ya mítico Neal Cassady, héroe de la gran novela En el camino, de Jack Kerouack, casi contemporáneo a la obra de Wolfe. Su descripción de la vida de los "bromistas" se valió las críticas del propio Kesey, quien alegaba por la falta de espiritualidad en el Ponche, pero si uno es un lector atento, podrá descifrar el código del reportaje e introducirse en un pensamiento que se convirtió casi en una religión, un movimiento crítico que desembocó en el hippismo de los 60' y los 70', tan importante como después sería el punk y hoy el hip-hop. Por lo mismo, su valor testimonial es inmenso, tanto para simpatizantes como para detractores.

En resúmen, este Ponche de ácido lisérgico está hecho de los materiales más detonantes de la época: drogas, alucinógenos varios, rock psicodélico, amor libre, viajes por la carretera, libertinaje, críticas políticas y mucho más. Es el grito de una generación desesperada por la represión y las continuas guerras que estaban asolando al mundo, sin el consentimiento de las grandes masas mayoritarias de la población, las cuales seguían (y siguen aún) sedientas de una utopía construida a base de paz y amor, que va mucho más allá de llevar largo el cabello, vestirse con ropa de lana y abusar de las drogas. Tom Wolfe y Ken Kesey son buenos ejemplos de ellos.

En cuanto a la presente edición, es difundida por la prestigiosa Editorial Anagrama, la cual, entre otras cosas, es famosa por sus descriteriados precios. Aún así, la edición es perfecta y los que tengan el dinero para adquirirlo legítimamente, no se arrepentirán. Sobre todo considerando que no hay copias en .pdf. La única forma de disfrutarlo es comprándolo o sacándolo de alguna biblioteca. Suerte con la búsqueda.

domingo, 12 de junio de 2011

Nueve cuentos (1953)


Salinger, como muchos otros, es un autor directamente vinculado con su obra. Sus relatos son fragmentos de una misma historia secreta, siempre latente pero invisible, como el alma humana. Nos narra con el célebre estilo de Hemingway: ocultando tesoros en la entrelínea de sus textos, obviando aspectos que si nos fueran revelados de manera explícita, nos aguarían la fiesta. Pero, aunque parezca un poco descabellado, pareciera que el genio del autor supera esa simple metodología, ya que su forma de construir relatos trasciende la mera exposición de sucesos para introducirse de lleno en la esencia misma de la realidad, valiéndose de silencios perfectos, una profundidad inquietante y ese concepto de vacío heredado del budismo zen. De esta manera, sus personajes logran adquirir vida propia dentro de este universo complejo, sin dejarle absolutamente nada al azar.

Los Nueve cuentos, publicados en 1953, son nueve fragmentos de la intimidad de Salinger. Siempre autorreferentes, excéntricos y frívolos, estos cuentos funcionan como reflejos de sí mismo. Son nueve historias que muestran tanto como esconden; nueve bosques en invierno, siempre fríos e inexpugnables. El relato más conocido del libro, que abre con gracia esta serie, es "Un día perfecto para el pez banana" (ver enlace), donde se nos presentan desde el principio las claves para entender su escritura. Salinger posee esa identidad propia que resulta invaluable en el oficio, y por lo mismo, aunque se presenten algunos textos mejores que otros, es imposible dejar de entender que todos conforman un mismo mundo narrativo, como si fueran hermanos distintos pero del mismo padre. Esto se debe a las innumerables conexiones que no solo ligan estos relatos entre sí, sino que también los comunican con otros ajenos a la colección, donde se repiten algunos nombres como los de la ya reconocida familia Glass (inspiración directa para Los excéntricos Tenenbaum, de Wes Anderson)

Sin ir más lejos, y evitando caer en algún tipo de exageración, es necesario recalcar que en Nueve cuentos se encuentra lo mejor de Salinger, incluso superior a su famosa novela El guardían entre el centeno, con la cual, muy a su pesar, saltó a la fama en 1951. Cada cuento lleva en sí características compartidas, detalles que son puertas hacia más puertas en misteriosas habitaciones cerradas. Hay conexiones secretas, relaciones inter-personales entre cada historia, y todas son invitaciones a entrar de lleno en el mundo del autor; en su retorcida mente creativa.

En cuanto a la edición, la presente de Edhasa es bastante asequible, de tapa dura e impecable transcripción. Para los que aún así prefieren evitar el gasto, les dejo el siguiente link.

Descarga Los excéntricos Tenenbaum: aquí.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Nocturno de Chile (2000)


Hablar de Bolaño aún es sacar chispas; es tentar a la polémica y a sus más cercanos detractores. Porque a pesar de su temprana muerte, hace ya casi 8 años, el autor chileno sigue vigente aquí y en muchas partes del globo, donde su obra pasó a ser lectura obligada en un espacio de tiempo asombroso, convirtiéndose, de la noche a la mañana, en un clásico contemporáneo y una suerte de "rockstar" latinoamericano. Hoy en día nadie es capaz de poner en duda su agudeza, su talento y su precisión. Muchos se disputan su figura universal, que aunque vagó y se instaló en diversos lugares del mundo (con mayor influencia en México y España), siempre volvió a su raíz guiado por su espíritu crítico y la impotencia que le provocó la distancia. Por eso quizá la realidad chilena solía desfilar en sus artículos, columnas y ensayos (léase Entre paréntesis, Ed. Anagrama, 2004) con una fuerza omnipresente, casi insidiosa y malintencionada, pero siempre lúcida, ocurrente y oportuna. Le preocupó el panorama artístico de nuestro país a tal punto que ejerció una importante presión sobre él, señalando constantemente los que valían o no valían la pena, y en decirlo nunca tuvo pelos en la lengua. De hecho, la aparición de Nocturno de Chile, a finales del año 2000, representó esa sacudida intelectual que ya se venía anticipando en sus más duros comentarios: un conflictivo retorno al país natal, la venganza político-literaria de un escritor ya maduro e implacable.

Nocturno de Chile es el reflejo oscuro de nuestro panorama literario y socio-cultural en dictadura. Si sus personajes son patéticos e hipócritas, es porque la sociedad chilena en ese tiempo también era patética e hipócrita. Pero, lo que más llama la atención, no es el ataque a ese periodo histórico tan vulnerable a la crítica, sino la forma en que el autor lo enfrenta y lo asedia sin caer ni porsiacaso en el panfleto politico. El acercamiento a la realidad no es solo parcial, sino que además se juega con la sinceridad a tal punto que los protagonistas son Alone y el cura Valente, dos pintorescos personajes de la derecha chilena, parodiados por un autor sarcástico hasta su extremo más doloroso e incómodo. Bajo las máscaras de Farewall (Alone) y el cura Ibacache (Valente), Bolaño esconde la degradación de todos los valores falseados por la dictadura, pudriéndose detrás de instituciones como el Opus Dei, la Junta Militar y las aristocráticas sociedades de escritores donde, irónicamente, el autor sitúa al personaje Pablo Neruda, satirizando aún más su imagen popular.

En cuanto a la forma de narrar, el autor hace gala de sus trucos más conocidos y eficaces, no solo apostando por la ironía, sino también por la dispersión, el humor negro, su minimalismo cosmopolita y un mosaico de historias que nos hacen perder el hilo y abandonarnos en terrenos inhóspitos, a los cuales muchas veces no sabemos como mierda llegamos. Eso es lo que hizo famoso a Bolaño en Los detectives salvajes (1998), quizá su novela más reconocida, y en Nocturno de Chile se reitera al servicio de una historia que se va perdiendo entre la realidad y la ficción, sin tomar partido por ninguna de las dos. Una genialidad más a la lista, sin lugar a dudas, como la fantástica idea de escribir la novela en un solo párrafo, sin detenciones, quebrando la linealidad al final con una sentencia rotunda y lapidaria, como haciéndonos parar un poco antes del abismo.

Podría alargarme un poco más, pero es necesario dejarlo hasta ahí para que puedan disfrutar ustedes mismos de esta increíble novela. Es necesario fijarse muy bien en los personajes, porque el tratamiento hacia ellos es fundamental, como lo disponen los grandes escritores. Por otro lado, la edición chilena del libro ya está agotada hace algún tiempo, y los únicos ejemplares sobrantes están a un precio que cae en lo absurdo, sobrepasando los 16.000 pesos chilenos (30 dólares aprox). Para los que no quieren gastar en semejante barbaridad, les dejo un link de descarga. Ojalá lo disfruten:

Ver link.

miércoles, 4 de mayo de 2011

La caída de América (1973)


Allen Ginsberg no necesita muchas presentaciones. Es un escritor que, además de causar rupturas y controversias naturales a su polémica condición, continuó un sendero dentro de la tradición poética norteamericana, que sigue el modelo de grandes autores como el mismísimo Walt Whitman, del cual siempre se declaró un gran admirador. Esto le facilitó (para bien o para mal) su adaptación a un canon con el cual chocó de frente en sus primeras publicaciones, pero que luego lo aceptó a regañadientes, rindiéndose a los pies de su estilo mordaz y provocador.

Ginsberg siempre abordó la realidad de su país con una mirada crítica y suspicaz, a veces algo paranoica, pero a menudo sensible a todo elemento que atentara contra las libertades del individuo. Con su abierta homosexualidad, su militancia en el Partido Comunista, su permanencia en hospitales psiquiátricos y su postura libertina en cuanto a drogas y costumbres, es imposible que no fuera así. Pero aparte de esto, que es notorio a lo largo y ancho de su obra, lo fundamental en Ginsberg es su increíble manera de mezclar todo lo que le rodea para absorberlo en su poesía, que funciona como una especie de caótica juguera donde la cultura popular y sus más ácidas expresiones se manifiestan de forma literaria, creando una marea verbal altamente peligrosa para las instituciones y personalidades más conservadoras de la época. Justamente esto representó La caída de América en su tiempo: un molesto cáncer hecho con talento y dedicación, una bomba de alcances sociales y culturales sumamente amenazadores para el hipócrica sistema norteamericano.

Este libro en particular está escrito bajo normas muy especiales. Gracias a la influencia de Jack Kerouac y Neal Cassady, el autor emprendió un viaje por la carretera que lo llevó a experimentar con la poesía y con variadas drogas psicotrópicas que alimentaron su ansiedad de escribir. De la apertura mental que esto conllevó, además de su mística y religiosa forma de abarcar la existencia, nacieron estos poemas densos y catastróficos. En un ambiente bélico al borde del caos, donde estaban en boga temas como la Revolución Cubana, la Guerra de Vietnam, la Guerra Fría y el desastre ambiental, Ginsberg inicia un viaje por lo más sombrío de los Estados Unidos, mezclando su geografía física con una intensa radiografía a sus problemas internos, su abusiva política exterior, la marginación, la denigración del diferente, la discriminación y el conservadurismo anticuado que su generación debió enfrentar apostando el pellejo. Todos estos temas y algunas obsesiones que escapan al análisis, desfilan en sus páginas como pequeñas detonaciones de una explosión mayor, ya que el libro está escrito con un lenguaje intenso y verborreico, amplio e incontenible, como un Neruda hippie de los 60' haciendo autostop puesto en LSD. Creo que esa imagen lo dice todo. Basta y sobra.

La caída de América, como ya se puede apreciar, es un viaje tanto interno como externo, es una conexión con las cavilaciones más profundas del autor, que va hilvanando sus ideas al compás del ritmo y los alucinógenos, de la carretera y sus alocados vaivanes, produciendo un afecto delirante que el lector no podrá abordar sin introducirse de lleno en el trastornado mundo de Ginsberg, una de las mentes más controvertidas del siglo XX.

La Editorial Visor, a pesar de caracterizarse por sus altos precios, nos entrega una versión más que aceptable de este clásico contemporáneo, totalmente recomendable para los que no discriman los libros por su valor. El precio es proporcional a la calidad del material, y les aseguro que vale la pena.

Para revisar una recopilación aleatoria de sus poemas, ver el siguiente link. Para leer la obra reseñada, se recomienda comprar el libro.

martes, 5 de abril de 2011

Loco Afán: Crónicas de Sidario (1996)


A mi gusto, el rol de cronista es el que mejor le queda a Lemebel. Su prosa directa y corrosiva, mezclada con la autoridad que le da lo verídico, lo que realmente sucedió, crean una literatura que va de la osadía a la intensidad, de lo ocurrente a lo popular, de lo marginal a lo magistral. Porque no hay nada más controvertido que decir la verdad sin tapujos, sin la basura condicionada que hoy ensucia el periodismo, y en eso Lemebel saca aplausos. Lo único que maquilla su obra, volviéndolo un transformista no sólo del cuerpo sino también del arte, es su estética ya reconocida, esa espléndida forma de integrar su visión de mundo a su trabajo, una labor estilística que se le ha reprochado por su insistencia y su excesiva reiteración, pero que, como él mismo lo ha recalcado muchas veces, no es más que su marca de estilo, su sello personal. Y eso no sólo genera consecuencia y distinción, sino también una identidad propia dentro del universo literario, una originalidad que con el pasar de los años aún permanece intacta.

Lemebel en variadas ocasiones ha sido víctima de una infravaloración caprichosa e irresponsable, que cae vulgarmente en la discriminación. Se ha tratado de desprestigiar su obra por referirse a tópicos "sin importancia", por insistir en un estilo inmoral y pedante, por sacarle la máscara a los tabúes y por sus críticas mordaces a la política nacional, donde no suele dejar títere con cabeza. Se le ha juzgado, sin ir más lejos, simplemente por ser él mismo. Porque en su caso, la obra es el cruel espejo del autor, y el reflejo llevo consigo una fidelidad y una realidad que para muchos es inaceptable. Y eso, en el libro que pretendo presentar, llega a márgenes demasiado crudos; o quizá demasiado valientes.

Loco afán no es su primer libro de crónicas. En La esquina es mi corazón ya había hecho gala de su talento narrativo, reuniendo la mayoría de los textos con los que había colaborado en la prensa nacional. Pero en Loco afán Lemebel va aún más lejos: pasa del registro meramente urbano a los intereses personales, tiñendo sus textos muchas veces con nostalgia, con emociones y sentimientos encontrados que le dan un nuevo sentido a la narración, dejando un poco de lado el periodismo a secas para integrarnos un poco más en su mundo: un barrio enorme poblado por travestis, borrachos, delincuentes, militares, jóvenes desinhibidos y una terrible fauna marginal que, por razones obvias, ha sido excluida de todo registro formal. Pero su literatura atrevida entra en esos sectores donde otros no suelen encajar, ya sea porque se mean de miedo en los arrabales o simplemente por no saber apreciar la incalculable cantidad de historias que día a día transcurren en las poblaciones, a las cuales el autor da vida con una agudeza excepcional, con una empatía libre de falsificaciones y con un entrañable sentido de pertenencia que no se ve muy a menudo en el oficio. Porque el autor nos muestra en Loco Afán su relación de amor y odio con este mundo inaceptado, que él por ningún motivo sería capaz de callar.

Creo que no necesito extenderme más para recomendar la lectura de este libro. Como transitan en él la mayoría de sus obsesiones y aprehensiones, es una pieza valiosa para entrar de lleno en la obra de Pedro Lemebel, sobre todo para los que aún no se han aventurado a hacerlo. Es mejor punto de partida, a mi gusto, que su ya popularizado Tengo miedo torero, que incluso fue merecedor de una adaptación teatral. Recomiendo, además, la publicación de la Editorial LOM, por la cual tengo simpatía y afinidad. Es la misma que aparece en la foto de esta reseña, y guarda una estrecha relación con el estilo y la postura pública del autor. Si no desean comprarlo, les dejo también esta página, donde se puede leer online. Espero sea de su agrado:

Ver link.

lunes, 21 de marzo de 2011

Peleando a la contra (1993)


En un gesto que va entre lo biográfico y lo antológico, John Martin, el más fiel de los editores de Bukowski, decide en 1993 publicar este curioso volúmen de textos que recorren la vida del "viejo indecente," desde su primer recuerdo hasta sus últimas reflexiones, con fragmentos y poemas extraídos de su ya inmortal obra publicada. Lo particular de este libro es justamente eso: que no son memorias ordinarias, sino extractos de sus propios textos ordenados de tal forma que siguen una línea cronólogica en relación a su vida, no a sus fechas de publicación. Esto genera una gran crónica de alto valor para los seguidores de Bukowski, ya que es un buen trabajo antológico, demasiado fiel a su estilo, que además está conformado por los testimonios del propio escritor (un verdadero genio de la autorreferencia). Esto resulta sencillamente indudable, ya que a pesar de la intervención del editor, este libro sigue oliendo a decadencia y alcohol barato desde el principio hasta su fin, desde el primer aliento hasta el último quejido.

Su título original es Run whit the hunted, lo que en español sería "corriendo con la presa" o "corriendo con el perseguido". Anagrama, al publicar su traducción en 1995, se decidió por Peleando a la contra, seguramente un título mucho más comercial y atractivo para los iniciados. Pero para los que seguimos la prosa de este bastardo desde mucho antes de encontrarnos con esto, resulta una niñería absurda vendernos un texto suyo por el título. Lo importante sigue siendo lo que hay detrás de él. Y creo que el libro cumple en ello, sobre todo si uno ya está familiarizado (quiéralo o no) con ese español "coñazo" que Anagrama utiliza para traducir las "gilipolleces" de Bukowski. Yo, al menos, lo leí haciendo el ejercicio de traducir cada grosería en mi mente por una buena puteada chilena. Es mucho más efectivo y cómico, respetando así la intención original de su autor.

Con respecto al contenido, un lector que ya ha repasado casi toda la obra de Bukowski encontrará muy poca novedad en él. Quizá un par de poemas desconocidos, pero fuera de eso nada. El libro está conformado por extractos de sus 5 primeras novelas, todas ellas de tono autobiográfico, los cuentos repartidos en sus 6 libros de relatos (al menos los 6 publicados por Anagrama) y algunos poemas que hacen referencia a sus experiencias vitales. Todo esto ordenado cronológicamente por un editor astuto, que conoció muy bien a su autor en vida, por lo que el trabajo es de orfebrería, con una selección de textos pertinentes, sólidos y sugerentes.

Sin ir más lejos, aunque los textos ya sean conocidos, es fundamental para un lector asiduo a las pelotudeces de este genio leer Peleando a la contra, ya que es cien veces mejor que una biografía ordinaria y mil veces más entretenida. John Martin hizo una excelente recapitulación, reuniendo un material indispensable para cualquier seguidor de Bukowski, y esto es necesario reconocerlo, ya que, al menos para mí, fue una muy buena experiencia ver la vida del autor retratada por sí mismo, de principio a fin y sin interrupciones.

Para terminar, les dejo un pequeño presente: una versión online de Peleando a la contra, que pueden descargar aquí.

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martes, 8 de marzo de 2011

Satanás (1927)


Hace algún tiempo, bajo el marco de la Feria del Libro de Santiago, la Editorial Multitud renació reeditando Satanás, libro ya inubicable en su original. Tanto la editorial, fundada por el mismo Pablo de Rokha, como esta obra, publicada por primera vez en 1927, estaban desclasificadas, caducadas e injustamente olvidadas. Es necesario decir que, al leer el libro, uno no puede entender semejante ingratitud.

Satanás es una tremenda arenga universal, muy fiel al estilo cosmogónico del poeta, que intenta abarcar y fundir en un solo texto sus experiencias personales, sus recuerdos, sus ideas sociales y ese infinito movimiento vital que De Rokha retrata tan bien en sus poemas. Es un libro difícil de catalogar, pero viniendo del autor de Los gemidos, en esa época temprana donde aún buscaba esa voz que luego lo definiría, es un material totalmente entendible y esclarecedor, sobretodo al encontrar en él muchos aspectos que más tarde desalloraría haciéndolos parte de su poética personal, como la búsqueda de la chilenidad y la identidad nacional, sus devaneos metafísicos y esa impecable forma de mezclar la poesía con distintas ideas filosóficas de carácter trascendetal. En este caso, y como es imaginable desde el título, la lucha entre el bien y el mal logra ser protagónica, dejándonos entrever los pormenores de una batalla deplorable entre Dios y Satán, mostrándonos la imágen de un demonio caído, tan caído como la humanidad misma, siendo ambos retratados con tristeza, decadencia y desilusión.

En cuanto a la poética de la obra, es posible señalar muchas cosas, unas muy buenas y otras quizás no tanto. En cuanto a lo positivo, es demasiado importante notar la presencia de algunos ecos que nos recuerdan otros libros del autor publicados en la misma época, como los contemporáneos U, Suramérica y, sobretodo, Los gemidos. En cuanto al último, se despliegan en Satanás muchas costumbres literarias que el poeta arrastró desde sus inicios hasta el final de sus días; desde obras tempranas como Los gemidos hasta sus últimas publicaciones. De ellas es posible destacar su afán por mitificar el mundo, por abordar la realidad desde una visión poética donde la filosofía cobra un rol fundamental, creando una obra profundamente metafísica y a la vez llena de guiños violentos y cotidianos que se funden en una misma masa caliente. Esta verborragia que corre como lava, que fluye como los demonios escapando de la caja de Pandora, es la que mejor define a Satanás, un libro donde la voz poética se vale de imágenes vigorosas para retratar tanto las impresiones físicas como espirituales de su autor, y también de su contexto natural. Porque la poesía de Pablo de Rokha siempre juega a fundirse con la naturaleza, y Satanás no es la excepción.

En cuanto a lo negativo, la excesiva ambigüedad de la voz muchas veces nos juega en contra. Porque De Rokha, valiéndose de esa poderosa energía que lo caracteriza, suele abusar de la libertad creativa para mezclar en un solo plano diferentes aspectos, quedando esa impresión de que se abarca mucho en un espacio reducido, y desvirtuándose también la línea del poema, que de repente parece nacer de Satán mismo, dando juicios de valor universales, repasando temáticas amplias como la moralidad, la ética del ser humano, las dicotomías entre el bien y el mal y el eterno fluir del cosmos, desde una voz cansada que emula la de una deidad maligna absorvidad por su incesante labor. Pero en otras, se vuelve de lleno a Pablo de Rokha, y se pasea también por Licantén y por Chile, por la memoria de un poeta rural, humilde, sin dejarnos tiempo ni para respirar. Posiblemente esto resulte positivo muchas veces, pero al leerse el poema como una sola estrofa independiente, como un soldado solitario luchando contra bestias, se percata uno de la experimentación y la inmadurez de un autor que luego explotaria estos aspectos "negativos" hasta volverlos virtudes irreprochables. Porque esto mismo que en Satanás se podría criticar, esta ambigüedad torpe y a la vez llena de obsesiones y fortaleza lírica, se convertiría más tarde en una de las armas más poderosas del poeta.

Sin alargarme más, Satanás es un buen libro que nos permite adentrarnos un poco en los comienzos de Pablo de Rokha, en el nacimiento de una voz poética que luego atronaria en todo el país, bajo los efectos de un terremoto lleno de humanidad que hasta hoy deja influyentes secuelas en la poesía nacional. Por ello, resulta muy oportuna la labor de Multitud, que piensa seguir reeditando otros textos perdidos del poeta. Esto nos deja expectantes y nos desmuestra que la justicia a veces tarda, pero su llegada irrumpe con una fuerza feroz e implacable para los que la esperan con ansias. Por eso, más vale tarde que nunca, ¿o no?.

Debido a su reciente reedición, no existe material electrónico del libro, pero hay un video de su nieta y coordinadora de la publicación, Patricia Tagle De Rokha, leyendo algunos fragmentos. Ver aquí.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Trilce (1922)


A principios del siglo XX, en medio de profundos cambios políticos, sociales y culturales, la literatura se expandió y se ramificó gracias a la gran cantidad de recursos explotados por los nuevos movimientos literarios, de los cuales el dadaísmo, el surrealismo y el futurismo fueron los más importantes. En medio de ese panorama, la literatura latinoamericana también miraba hacia horizontes complejos, y aunque hubo notables focos de vanguardia (en su mayoría por influencias extranjeras), hubo también autores sumamente originales que, a pesar de su híbrida raíz, lograron obras particulares que destacaron entre las demás. Uno de ellos fue César Vallejo, y Trilce es su mejor testimonio.

Trilce fue un libro totalmente rupturista. En él, Vallejo hace gala de una gran experimentación lingüística para construir un discurso poético violento, donde se quiebran con regularidad la sintaxis y el orden lógico de los versos, se refunda el uso del verbo, se inventan nuevas palabras, se alteran las combinaciones gramaticales y se utilizan con genialidad una gran gama de imágenes poéticas que conforman un grupo de poemas complicados, a veces demasiado herméticos, pero repletos de una profunda humanidad y una sorprendente fortaleza lírica.

Trilce fue el segundo libro de Vallejo, posterior a Los heraldos negros, y fue escrito en una época complicada para el poeta. Esto es notorio en sus desgarradores textos, donde se pueden apreciar tanto poemas autorreferentes, que indagan en su propia experiencia, y otros más colectivos, donde el ser humano y su espíritu son puestos a prueba y en tela de juicio por Vallejo, quien juega con las vicisitudes del alma para crear un tormentoso libro lleno de trampas e irregularidades. Esto, según el propio autor, se debe a su profunda preocupación por la libertad creativa, que lo llevó a experimentar en Trilce con recursos que, hasta ese momento, nadie se había atrevido a explotar.

Sin lugar a dudas, Trilce es una genialidad, y se ha vuelto un texto prácticamente profético, que adelanta muchas experimentaciones próximas como las de Huidobro, Girondo o su compatriota Oquendo de Amat. Es una pieza clave para la poesía latinoamericana y mundial, y su lectura es un acto esencial para comprender la literatura y su actual conformación, siendo Vallejo un poeta que adelantó las evoluciones formales en el terreno poético, sumándole a ello su notable preocupación por los problemas sociales, complentando así una obra sólida y consecuente, como deben ser las más importantes convicciones.

Debido a su carácter clásico, no haré referencias a una editorial en particular ni a un tiraje exclusivo, sino al libro en sí, como pieza clave para la poesía de todos los tiempos. Si aún no lo han leído, la invitación ya está hecha.

Para leer en su formato electrónico, ver el siguiente link.